Un gato pasó casualmente junto a una asamblea de perros cuyo líder decía:
-¡Hermanos, recemos juntos y pidamos con fervor que el Gran Dios Perro nos envíe del cielo buenos y abundantes huesos!
-¡Hermanos, recemos juntos y pidamos con fervor que el Gran Dios Perro nos envíe del cielo buenos y abundantes huesos!
El gato se alejó de allí, diciendo para sí:
-¡Estúpidos idolatras, ignorantes infieles!
¿Cómo es posible que le rezen a ese dios de paganos y no al verdadero Gran Dios Gato, y cómo es posible que en vez de huesos no pidan ratones?.
-¡Estúpidos idolatras, ignorantes infieles!
¿Cómo es posible que le rezen a ese dios de paganos y no al verdadero Gran Dios Gato, y cómo es posible que en vez de huesos no pidan ratones?.
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