Daros por bienvenid@s a mi blog, un lugar donde la necesidad de comunicarme se vuelve importante.
Me encuentro en un punto que podría llamarse "en donde estoy", desde el cual aflora mi deseo de contar que me sucede en mi caminar (aprendizajes, busquedas, encuentros, música, relatos, regalos, viajes, sentimientos, logros laborales...), sin olvidarme de cómo se van resolviendo conflictos, dudas y valores.
El tema principal de este blog, como su título indica, es la consciencia canina. Siento la necesidad de desatar una venda y de encender una vela.
Creo en una convivencia real entre espécies animales, en este caso entre humano-perro, atendiendo a sentimientos claros y mente lúcida. Con la intención de favorecer una "actualización de estado" relacional con un animal que nos lleva acompañando varios siglos, y que la ciencia que se ocupa del estudio de su naturaleza, nació hace apenas 150 años.
Con todo esto doy el "pistoletazo de salida" a este blog.

jueves, 29 de marzo de 2012

Mi plan de trabajo como educador canino.

Entender correctamente y comunicarse de forma adecuada con su perro es esencial para tener una buena relación Propietario – Perro.
                                                                                                                        

Privilegiando métodos de aprendizajes modernos y positivos, obtendréis a un perro que responde a vuestras expectativas.


La ayuda de un educador en  adiestramiento y comportamiento os ayudara a:

•Conocer la manera de ser de vuestro perro

•Eliminar o reducir considerablemente los comportamientos molestos (agresividad, higiene, actitud destructiva, ladridos, fuga, miedo, etc…)

•Enseñar al perro las bases del adiestramiento (ordenes básicas)

•Tener un buen control en las situaciones difíciles: presencia de otros perros, de invitados; paseando por la calle o en el parque, etc…



TRATAMIENTO

 Cambiar las conductas inapropiadas de nuestra mascota, requiere paciencia, tiempo y perseverancia pero sobre todo requiere la implicación total del propietario.

La mayoría de los problemas de comportamiento tienen una solución completa .En otros casos, el objetivo a lograr será conseguir una mejoría de la situación para que la convivencia entre el animal y su entorno sea lo más satisfactoria posible.

El tratamiento cubrirá tres aspectos fundamentales:

1.  Modificación de la conducta

Aplicación de diferentes técnicas para lograr eliminar la conducta inadecuada. Son ejercicios específicos programados para cambiar conductas concretas.

2. Cambios en el entorno y el manejo

Recomendaciones en cuanto a la manera de comportarse de los propietarios con su mascota, las rutinas, las relaciones.

3. Adiestramiento en obediencia

Fundamental en las terapias de modificación de conducta. La obediencia básica nos permite tener un control sobre nuestro perro y sus comportamientos, hace que nuestro perro sea receptivo, obediente, que muestre respeto y acepte mejor lo que el propietario decida. Además refuerza el vínculo que tenemos con él, y nuestra posición de lider.

En algunas ocasiones, también será parte de la terapia de comportamiento el tratamiento farmacológico que haya sido prescrito por el veterinario.

Los métodos utilizados en todas las terapias de comportamiento son métodos basados en el aprendizaje en positivo, por asociación y repetición. Queremos conseguir que nuestro perro se sienta seguro, confiado y equilibrado, para que pueda disfrutar de una vida plenamente feliz. Esto llevará consigo una mejor relación entre propietario y mascota y una mejor calidad de vida para ambos.  

Roberto Reinares                                                              




                                                            


lunes, 19 de marzo de 2012

UN CUENTO QUE ME HACE SOÑAR

            Érase una vez, un niño en un lejano lugar en el cual las montañas se alzaban tan altas que la vista no alcanzaba a divisar sus cimas. Con enormes y frondosos árboles que sabían proteger de las inclemencias del tiempo, según fuese la estación del año, y en donde los ríos fluian como mecidos al compás de una suave melodía al pasar, a la vez que un cielo transparente, con vida propia, cubría todo aquello cual cúpula imponente.

            Aquel niño, pasaba largas temporadas en una pequeña aldea, situada en ese acogedor paisaje y compuesta de pequeñas casitas de piedra. De entre todas ellas, había una que era más grande que el resto y  en ella se reunían las gentes del lugar, para charlar, buscar compañía o simplemente estar. Hubo un tiempo, en el cual, aquella gran casa sirvió como templo, y en él tuvieron lugar grandes rituales y  una fuente para calmar la sed……pero eso ya pasó.

            Ese fue el entorno y el lugar en donde aquel niño aprendió a andar. Allí dio sus primeros pasos. Allí supo lo que era sentirse a sí mismo y  observar lo que le rodeaba, a la vez que jugaba y andaba en la dirección que quería.

            Jugar, eso era lo mejor. Se pasaba todo el día jugando y corriendo hasta el momento que alguien de su familia lo mandaba para casa, esos eran los únicos momentos en los que dejaba de jugar.

            Él, se sentía un niño con mucha suerte porque era feliz. Tan sólo había una cosa que a veces echaba de menos, la compañía de otros niños. En los días de mucho calor, otros niños cómo él habitaban la aldea, pero eran pocos en comparación con todos los días que él estaba por ahí. Pero eso, no era un problema. En realidad no se sentía sólo, pues estaba bien acompañado….

            Estaban sus abuelitos y sus padres, pero con ellos le ocurría que se cansaban pronto de jugar!  Siempre estaban trabajando y les costaba reírse.  Hablaban de temas que él no entendía…. Tan sólo había una cosa que sí hacía con ellos y que le entusiasmaba: ir a ver a los animales! Ese día el niño era el primero en levantarse, ya que esos días madrugaban mucho. Iban a por los huevos de las gallinas, a ordeñar a las cabras y a llevarlas al monte. Echaban de comer a los conejos, a los cerdos y sacaban a los machos de la cuadra para que fuesen a beber agua. Después de todas esas tareas, que para el niño eran puro juego, le quedaba todo el resto del día libre.

             ¿ Que es lo que hacia durante su tiempo libre?. Ahí es donde aparecía su gran amiga Luna. Luna era una perra de la raza pastor alemán. Era muy grande, dos veces el tamaño del niño y sin exagerar!. Se pasaban todo el día juntos.  Jugaban, jugaban y volvían a jugar!. Se marchaban al monte a tirarse por pequeñas laderas, a pelearse, a pillar, al esconderite…. Había una unión entre los dos que los hacia inseparables. Tan solo una sola cosa los obligaba a separarse por momentos y era cuando el abuelito del niño se llevaba a Luna a trabajar al monte. Luna se encargaba de guiar al rebaño monte arriba para que comiesen hierba y el niño, en principio no los podía acompañar. Pero entonces, el abuelo no tenía más remedio que llevárselos a los dos, ya que si el niño no podía ir, Luna tampoco! En alguna ocasión, el abuelo le había dado vacaciones a Luna para que se quedara con el niño y siguieran jugando.

            Aquel niño se pasaba horas viendo como actuaba Luna. Le encantaba lo contenta que se ponía cuando le bajaba comida a la calle,  o cada vez que se veían, o cuando corría y cuando se escapaba del abuelo para no ir a trabajar… era una perra feliz, como el niño.

            También se fijaba mucho en como se limpiaba los dientes con los huesos que se encontraba por el monte, o cuando se duchaba con el agua de la lluvia en invierno. También la observaba cuando se bañaba en los ríos en verano, y cuando dormía en la calle, hubiese nieve, viento o lluvia. Aunque hiciese frío o calor, Luna dormía a la intemperie. Menos cuando alguna vez que podía,  el niño le abría la puerta del corral para que se protegiese durmiendo en la paja junto a los mulos. Ese niño tenia claro que su relación con luna era maravillosa, se leían los pensamientos y se querían con amor ya que la mirada de Luna se lo decía.

            Pero cuando pasaba un tiempo, el niño debía de regresar a su casa habitual situada en una pequeña ciudad no muy lejana de allí. Por ese tiempo, se despedía de Luna, de la aldea y de su maravilloso entorno.

            Un día, cuando por fin regresó a aquel lugar de fantasía, en gran parte gracias a la presencia de Luna, se encontró con que ésta no fue a recibirlo como de costumbre. Fue corriendo hacía la casa de sus abuelitos para preguntarles donde estaba Luna y su abuelito le respondió que Luna le había dejado un recado para él: Que se había tenido que marchar con sus aires de libertad a volar por el cielo. Que algunas noches la vería en forma de estrella grande y luminosa, la cual le iluminaría en las noches oscuras en el monte.

            Desde entonces, cada noche que ese niño ve por casualidad a esa estrella, le da las gracias por todo lo que compartió y aprendió de ella.
          










sábado, 17 de marzo de 2012

Cogiendo agua con aire.



Cuando me enamore de mi mismo, me di cuenta de que siempre lo he estado. Tan solo que no lo reconocía. Tratarme con cariño y ejercer mi libertad es mi cuestión. En un estado domesticado donde la seguridad te tiene atrapado, puedo obserbar una falta total de libertad. Ser bueno, inteligente, poco conflictivo, nada agresivo, amable, ... es lo que debe y se tiene que hacer (al menos, así lo creen algunos), un poder que rebaja la libertad. Cuando me conduzco con una falsa garantía de bienestar soy mas fácil de manipular... Pues bien, aquí un recordatorio a mi mismo. De que me sirve el poder sin libertad.

sábado, 10 de marzo de 2012

Ahora Doctor Deseo.


Andar a ciegas sobre un tejado...
Tiro de la cadena y digo adiós a mi trocito de realidad...
Disparo al poli que hay dentro de mi...
Es la duda mi bufanda...
Las tormentas salpican despejando mi estupidez...